lunes, 28 de octubre de 2013

Confieso

Yo confieso que no soy una mamá perfecta, que ni siquiera me parezco a las mamás de los libros y revistas, no, ni siquiera me parezco a las mamás de madresfera o de pinterest que hacen mil actividades con sus hijos, que tienen la alimentación de un atleta olímpico y que van a la biblioteca, al parque y, la piscina a diario. Así que, estimada amiga al otro lado del monitor, voy a confesarme!
Mi hija ve televisión.
En casa somos víctimas voluntarias de Disney.
Nenita come un dulce ocasionalmente.
Nenita come helados y no precisamente caseros.
Mi hija se acuesta muy tarde por las noches.
Alguna que otra vez he olvidado cambiarle el pañal a nenita y ha pasado mucho rato con un pañal orinado.
Ya van varias veces que no hay ropa íntima lavada y nenita se queda sin usar sus bodies bajo la ropa.
Adoro ver a mi hija comer chocolate y ensuciarse la carita.
Hace muchos meses que no esterilizo nada en casa.
Mi hija bebió leche corriente hace mucho.
A veces dejo a nenita ver tv para poder dormir 20 minutos más.
Ha habido días tan difíciles en los que tenía que escoger si lavarme el cabello o el cuerpo...y a veces ganaba el cabello.
Muchas veces me enoja que mi hija me despierte por las noches. Yo quiero dormir!
Hemos comido pizza, pollo frito y hamburguesas y una noche la cena fueron seis barquillos de los que acompañan los helados.
Algunas veces el cansancio es tan grande que me siento en el sofa a ver el fb o a cualquier cosa y dejo a nenita jugar y hacer lo que le de en gana.
He salido de la casa sin lavar los platos del desayuno ni tender la cama.
Me he desesperado porque mi hija no habla/camina/rueda y he pensado que es mi culpa. También he pensado que está muy flaca/bajita/ cabezona / desmayada de inanición (al tercer día de nacida yo lloraba porque ella casi no lloraba y pasaba hasta dos horas dormida) y he pensado que está enferma de cosas tan raras cómo pueda una madre hipocondríaca pensar.
Yo me escondo en el baño a leer varias veces al día, me alegro de poder dormir 30 minutos en el bus cuando voy al trabajo y cuando la cosa está difícil me he alegrado (y sentido culpable también) por salir a trabajar.
Yo no lavo la ropa de bebé a mano y usaba detergente. Hace tiempo no lavo la ropa antes de usarla.
Algunas veces he aparentado y presumido de más con la tía sumisa cuando me restriega los logros de la no prima. Lo siento, pero ambas me caen pesadas.
Yo he criticado a otras madres.
Cuando alguien se ha llevado a nenita por un rato yo la extraño, pero agradezco el rato extra de sueño que me regalan.
Yo he perdido los estribos y he detectado en que circunstancias hubiera terminado dando una nalgada...una vez no me controlé...y un día manotee sin darme cuenta en la mano de nenita. Y he aumentado el volumen cansada, porque no gritarle y pegarle es una elección, pero no era la parte más sencilla de la crianza.
A veces siento que no puedo conversar con nenita y me quedo callada por un largo rato.
Nenita ha comido cosas que junto del suelo, probó el alimento del gato y bebe agua del grifo.

Sí, esa sería yo, porque a veces siento que lo intento pero no llego y otras sólo me dejo fluir

domingo, 27 de octubre de 2013

17 meses

Hay logros que sólo una madre celebra, este mes ha sido así, de logros pequeñitos pero que para nosotros son gigantes.
El primero ha sido el juego imaginativo. A veces los papás estamos muy ocupados enseñando palabras, colores, palabras y letras sin saber de uno de los hitos más importantes de la maduración infantil: el juego imaginario. Nenita ya lo ha alcanzado y es una alegría para ambas: yo porque descanso un poco y ella logra poner su mundo un acciones. A veces juega comida, aviones, carros y algo como cuidar al bebé. Y no requiere de grandes juguetes, al parecer es muy imaginativa y se entretiene muy feliz con sus cosas y las mías.
Tenemos un nivel extreme de amor a los lápices, hojas y dibujos. Claro, en casa encuentra marcadores y papel por todos lados, lo que implica un riesgo para paredes, muebles, libros, etc. Y yo debió supervisar que ningún objeto quede a mano o hace fiesta.
Estamos practicando el arte de ir al potty, de eso les hablo luego pero vamos jugando y logramos la caca matutina y algunas de pis, sin presión y como un juego en casa.
Baila y aplaude con la música y canta cuando se pone feliz y ensaya con su voz. Además grita a todo lo que le da la garganta y llora con sus primeras pataletas, las que aún ) por dicha) no son tan frecuentes, pero vamos aprendiendo a superarlas.
De a poquitos, día a día, vamos avanzando por estos 17 meses.

martes, 22 de octubre de 2013

Natación

Hoy iniciamos con Nenita la natación. Queríamos iniciar antes pero no se pudo y agua está en una edad muy bonita para que comprenda el juego acuático.
Nos decantamos por un lugar que nos queda relativamente cerca, hay dos lugares más cerca pero no cumplían mis expectativas y otro más moderno pero demasiado caro. Así que hoy iva yo tomando dos buses (de casa al centro tarda máximo 10 minutos) y el otro de igual duración.
La clase divina: hay juegos con mamá, burbujas, canciones y dinámicas y todo muy respetuoso del ritmo de nenita, quien hasta se animó y se sumergió en dos ocasiones.
Dice la teacher que para ser su primea vez estuvo muy valiente y que se ve muy intrépida ( no lo sacó a mí)
Mi beba ahora convertida en sirenita...acercándose al sueño de su padre de que sea clavadista olímpica.

jueves, 17 de octubre de 2013

¿Cuál es mi excusa?

Me despierto y encuentro está imagen dando vueltas por la red. Es una portada de revista con el titular ¿Cual es tu excusa?.
Bueno, excusas tengo mil: me gusta dormir más qué los aeróbicos, soy buena cocinera y por tanto buena comedora, tengo una enfermedad metabólica y...alto!! No tengo qué darle cuentas a nadie de por qué no tengo abdomen de lavadero ni nalgas de hierro. Es más, no tengo por qué sentirme avergonzada ni culpable por no ser una mujer de portada ya nadie le deben importar mis excusas.
Muchas madres estaban indignadas por que la modelo era una entrenadora profesional, cuyo trabajo es pasar horas esculpiendo músculos y creando un cuerpo prefecto según las necesidades del mercado. Y este sería mi primer «pretexto»: yo soy profesora, mis estudiantes no aprenderán ni más ni menos si mi abdomen no está firme, ni tendré un mejor rendimiento o un mejor salario por el tamaño de mi bra. No necesito vender mi cuerpo, así que no tengo una obligación profesional para entrenar varias horas al día, pero bueno, si tengo que planear lecciones, enseñar a chicos y otras cosas que me «roban tiempo», para entrenar.
Afectivamente tampoco tengo obligaciones con el gym, no amo a mi báscula o bicicleta más que a mi esposo, mi hija o mi madre. Paso mucho tiempo conversando con mi madre, jugando con mi nenita o haciendo otras cosas con mi esposo, quiénes sí son sujetos con los que puedo crear vínculos y quiénes me aman aunque tuviera unas libras extras y no me juzgan por no asimilar un estándar irreal.
Además el deporte es parte de una vida sana, como  dormir ocho horas y alimentarse sanamente. Y la vida sana es como le damos mantenimiento al cuerpo, no importa sí es corriendo media maratón o detrás de una figura de 80cm, o comiendo un dulce sí eso nos va a dar una hora o dos de felicidad. La vida sana no es modelar todos ropa íntima o ser campeón de pesas, es darle bien mantenimiento a la maquinaria que esconde a nuestros espíritus (licencia poética para decir cuerpo). Y si para estar sana físicamente tengo que obligar a mi salud mental a sacrificarse entonces no estoy logrando nada, y no lo digo yo sino las matemáticas.
Así que voy a usar mi excusa favorita, la que mi madre odia y la que me hace feliz a pesar de no salir en ninguna portada (excepto la de mi propio fb): yo le doy gusto al cuerpo! Mi madre ha usado siempre esa expresión sí duermo mucho en lugar de despertarme a hacer la limpieza y la lavandería, o sí me ve comer con gusto una hamburguesa con queso, o sí me escapaba de luna de miel por tercera vez...darle gusto al cuerpo podría ser, a resumidas cuentas, hacer lo que deseo, lo que me hace feliz y me llena de energía y no lo que otros me impongan, lo que parece correcto socialmente o lo que este de moda.
Así que, señora de la revista con tres hijos pequeños y cuerpo de escultura biónica, mi excusa es que yo le doy gusto al cuerpo, y mi cuerpo es feliz cocinando una rica comida sin preocuparme tanto de la grasa o las proteínas, durmiendo hasta levantarme descansada aunque pera horas para hacer cardio y pesas, cuidando a mi hija en lugar de hacer crunch o planchas  y aunque no encajó en los estándares posmodernos de cuerpos prefectos, al menos este 1,51 cm y sus 57kg estamos felices.
Y ser feliz no requiere excusas.

domingo, 13 de octubre de 2013

Sí todos pensáramos como niños

Nenita estaba hoy en un castillo inflable en las fiestas de pueblo. Solo había un juego para niños pequeños y mi hija, mitad humano racional (heredado de mí) y mitad cabra de monte (acertaron...no heredado precisamente de mí) decidió meterse al más grande de los juegos, con dos toboganes inflados, pared escaladora, cuerda de rappel...todo un reto para el más aventurero de los niños y al que sabía yo, o pensaba, mi nenita de 16 meses no iba a hacer frente. Error mamá, una no debe subestimar el valor de una nena curiosa.
Y entonces sucedió algo que me removió el corazón. Un niño de seis años escaló con gran agilidad la pared, y al ver a nenita que no era capaz de subir le lanzó el mecate y cómo sí fuese un bombero salvando a una víctima le ayudó a subir. Le daba instrucciones, halaba la cuerda con fuerza y mi pequeña iba ayudándose a subir. Atrás, otro niño vio la escena y subió a empujar a la beba hasta que pudo llegar bien alto y mi hija, feliz, se lanzó resbalada.
Yo desde abajo veía la escena muerta, primero de miedo por sí algo pasaba (casi irreal en un juego tan seguro pero una es madre y de todo se asusta) y después conmovida de ver tanta solidaridad entre niños que se supone no comprenden de estas cosas.
Y me dí cuenta que los que no entendemos nada somos los adultos, incapaces de ayudar a otro a subir porque nunca tenemos tiempo, porque odiamos la competencia, porque queremos ser los únicos que logramos algo bueno...
Y que recibieron a cambio los dos héroes de mi Nena? Una sonrisa sincera y un momento de satisfacción. Y eso les bastó.

domingo, 6 de octubre de 2013

Pruebas de la crianza con apego

Hemos pasado una semana horrible entre gripes, bronquitis y cansancio...todos menos nenita. ¿Por qué? Por qué la bendita teta la ha protegido. Eso es criar dando lactancia «extendida».
Ayer nenita se despertó en medio de una horrible pesadilla llorando a los gritos y dando saltos. Papá en camino se volteó, la abrazó y la contuvo mientras yo le daba teta en nuestra cama. Todo el susto duró a lo sumo un minuto. Se volvió a dormir tranquila.  Eso es el colecho.
Este mes hemos tenido muchas actividades sociales (más de lo acostumbrado) y nenita es un poco seria. Pero entra a una fiesta tomada de mi mano y una hora después corre, juega y habla con los demás, cuando se siente abrumada regresa a darme un abrazo y a descasar. Eso es respeto por su personalidad.
Nenita lleva dos meses haciendo su caca mañanera en el baño de adultos, ya hasta avisa en qué momento lo necesita y casi no lo falla. Aprendió mientras jugábamos a sentamos y conocer el «poty» el resto del día ella usa pañal y si desea la llevamos al baño. Eso es respetar sus tiempos.
En el supermercado escuché una señora criticándonos porque nenita estaba llorando y se sentó en el piso, nosotros nos sentamos con ella (nos pusimos a su nivel y le hablamos). Duró más ella criticando qué la mini pataleta qué mi hija tenía porque estaba cansada después de dos horas de compras. Eso es disciplina en positivo.
Mientras alguien le dice a la hija que si no come le pegan, la castiga o la sigue por la casa mientras la nena se niega a comer nosotros permitimos a nenita comer a su ritmo, si un día no come no nos traumamos ni la obligamos, si otro día solo come fruta le damos ese gustito y cada día venía a nuestra bebé comer con buen ánimo, tranquila y con un apetito envidiable. Eso es respetar su aprendizaje para comer.
Cuando he perdido la paciencia y le he hablado con desgano a mi enana, cuando le he hecho esperar porque mamá está ocupada, o cuando siento que fallé aprendí a perdonarme por mi humanidad y egoísmo y a pedir perdón a mi hija sinceramente y sin dramas. Eso es crecer cómo madre.

Y no, no somos prefectos no estamos haciendo un listado de virtudes, sólo estamos repasando que vamos por el camino que queríamos construir con nuestra hija y vemos que lo que nos han dicho que no se podía, o que no se debía, da frutos. Y de eso si estoy orgullosa