miércoles, 7 de noviembre de 2012

Sí, ella también sale

Medio día, restaurante lleno, plan de última hora. Papaencamino nos lleva a almorzar y yo : sin babero, sin vasito, sin cuchara. Pensamiento : todo tranquilo y me la juego así, que nada del otro mundo usar servilleta y darle a la nena d mi bebida. Realidad:  caos, una bebé hambrienta y iba experiencia que da para un post.

Ella se sienta al lado de nuestra mesa, totalmente superficial, todo muy elaborado: cabello d un rubio tan falso que se ve gris, ojos verdes que se guardan por las noches, uñas muy arregladas y un novio que pretende ser rico. Yo: cabello corto (ayer lo cortamos pero el peinado no sobrevivió), una nena sin medias que no quería estar en ka silla alta, un charco d jugo debajo del asiento, el jeans mojado y las canciones de elmo como música de fondo.

Cuando se sentaron pude ver esa cara de quien no tolera a los niños, la cara que yo hacía sí veía uno hace un tiempo. la pobre mujer no tuvo paz; nos veía con cara de ¿Para que traen niños a comer? Y murmuraba con su pareja, mientras nenita seguía llorando que quería más jugo y yo intentaba comer con los pantalones empapados en refresco. Y aunque yo estaba mojada, pegajosa por la miel del refresco de guanábana e intentaba comer con una nenita que me robaba el aguacate, tuve más paz.
Y es que sentí que a pesar de lo mal que nos ven las mujeres que no quieren a los nenes, nosotras reímos y disfrutamos del caos, aprendemos que las risas y el llanto son experiencias que hay que apreciar porque pasan tan rápido. Dentro de nada ya la nenita no querra comer en mi regazo, ya no llorará con su llanto quedado ni reirá por elmo. Y por eso la aprovecho, la llevo a todos lados aunque a otros no les guste, porque está en su vida, porque está aprendiendo a vivir, está socializando y siendo feliz.
Y a quienes les incomode, que busquen comer en el carro o en su casa, porque siempre habrá niños y mejor aprendemos de su felicidad y falta de prejuicios.
Y aunque al principio me acongojaba que llorara, que hiciera regueros y hará sí incomodaba a otros hoy me liberé. A fin de cuentas cual de nosotros no fue niño?

3 comentarios:

  1. Cómo cambia todo, no? Ya me veo en esos trances, dentro de poco.

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  2. Uy como te entiendo... Yo hubo una época que también andaba atacada porque llorara cuando salía, pq hiciera un reguero, porque no se durmiera, y un largo etcétera hasta que salí a comer con tres parejas con bebés y niños pequeños yví que uno lloraba histérico, otro tiraba la comida, otro se montaba en la silla, etc... y los papas se ocupaban de ellos pero tranquilos, sin nerviosa y angustias. Así que eso empecé a hacer. Si la nena llora que llore y si alguien le molesta que se cambie de puesto, a mi me molesta la gente que habla duro, que fuma, que mueve el pie nerviosamente contra la silla, etc... y me lo tengo que calar. Así que me parece estupendo, sigue saliendo con tu nena a todos lados. Un abrazo!

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