mamá sale en la foto!

Hace unos días comentaba con una mamá bloguera que yo no salgo en las fotos de mi hija. Claro, es que yo  soy la fotógrafa y la que se pasa de necia con el celular, la cámara y si pudiera hasta con la laptop encima de ella viendo como tomar las fotos. Entonces me envió ESTE POST QUE DEBEN TODAS LEER
El día que nació Nenita estabamos todos tan cansados que no se nos ocurrió tomarnos una foto juntos, y así pasaron varios días. La única foto que tengo en el hospital con mi hija es dándole pecho y me veo... terrible!! pero mi marido tiene como mil fotos hermosas con ella ese día, y en los demás días. Me pongo a ver las fotos y son muy pocas, y no tenemos una de los tres juntos como hasta el mes de nacida. Entre el corre corre, el enamoramiento de la nenita y todas las emociones, no se nos ocurrió mantener el momento los tres, congelarlo para ella en la posteridad y ya no podremos volver atrás.
Después de leer este post me di cuenta de algo, yo No quería tomarme fotos con la barriga inflada, con las ojeras negras y una cara débil, aún así, tengo unas cuantas y esas me han consolado un poco. Hoy hice un collage de mis fotos con Nenita y veo que cada foto tiene algo especial: no importa si salgo linda o fea, se nota un amor increíble en mi cara, en mis ojos que no se apartaban de ella, en las manos que tomaban su cuerpo.
Y sí, me tomaré más fotos, la disfrutaré porque no creo que a ella le importe si me veo despeinada, gorda o fea, lo único que espero que vea es el amor que yo veo en cada una de estas fotos, en cada imagen que atesoramos juntos, separados, y con ella. 
Y dejaré de ocultarnos y le enseñaré al mundo nuestro amor, aunque esto implique salir del anonimato (espero que la prima limón, la requeteabuela y varios de los agregados por acá no lean esto!!). 
Porque puede que salga gorda en la foto, puede que se me vea una teta chueca, los dientes desalineados (así los tengo, no puedo hacer nada hasta que quiera arreglarlos) ni las ojeras espantosas. Cada vez que mi hija me vea quiero que recuerde como dormía en esta pancita floja, como se comía a besos estos cachetes llenos de cicatrices, como mordía mi nariz  como nos mirábamos las dos por eternidades.
Y quiero recordar que este cuerpo no es perfecto pero sabe dar vida, que esta cabeza sin cabellos es un trofeo de lactancia, una muestra de que supe dar vida después de dar vida, que cada defecto de mi cuerpo es una virtud que me hace única y quiero recordar que he vivido, así, con lo bueno y lo malo. 

Para vos, Nenita: esta es tu madre que nunca más se negará a salir en la foto!!