...usamos andadera: es peligrosa, los bebés caminan forzados, se les deforman las piernas y preferimos respetar sus ritmos naturales.
...tenemos encierro: nenita tiene tomada la sala de estar. Tiene una alfombra de foam en la que igual ha tenido su gimnasio de bebé como una piscina llena de bolas, sus juguetes, su gigante jirafa, a sus papás acostados. Y ahí está aprendiendo que debe desplazarse.
...obligamos a comer: pero le hemos enseñado.
...seguimos al pie de la letra los consejos médicos: dele vitaminas, no le de comida, no la cargue tanto que se vuelve malcriada. Yo la conozco más que nadie, se que hace, que le gusta. Consulto y tomo lo que me sirve.
...dejamos a nenita llorar: ni de noche, ni de día. Y no estamos dispuestos a ignorar sus necesidades ni callarla para nuestra comodidad.
...obligamos a dormir: aunque mamáencamino esté cansada, aunque nenita mame por horas, ella duerme a su ritmo, y yo, al de ella.
...compramos miles d e juguetes, preferimos usar la imaginación, nuestro cuerpo y todo lo que nenita descubre a diario: trastos de la cocina, papel, cucharas, ropa, cajas.
...volvimos a ser los mismos: somos tres para todo y así lo estamos viviendo.
No dormimos igual, no volvimos a tener intimidad de nuevo, no podemos dormir tarde, no tenemos una casa ordenada pero no dejamos de sonreír cuando vemos a nuestra hija feliz.
Lo que no hacemos lo compensamos con besos, caricias y tiempo. Cuando la veo sana y feliz creo que no vamos tan mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario