domingo, 16 de junio de 2013

La paternidad de papáencamino

El es así, intenso. La mayoría del tiempo está con ella, o al menos pensando en ella.
Por las mañanas su día no comienza sin un beso a su princesa, la que duerme con él y se acurruca a su lado. En el trabajo se rica cualquier segundo para llamarla y decirle que es lo más bello que existe, que la ama y que la adora.
En las noches trabaja al 100% como papá: le da la cena, la baña y masajea, le pone su pijama y ven televisión. Ya lo he visto cantar con ella, leer sus libros e imitar el sonido de todos los animales. Cuando yo regreso los encuentro tan cómplices, tan enamorados uno del otro y hasta me cuesta distinguir donde acaba el papá e inicia la hija. Para él son los besos más jugosos, para el los bailes y ojitos. Él le roba los suspiros y las sonrisas mientras le demuestra que siempre, siempre, siempre tendrá un hombre que la amará sin condiciones.
Con papáencamino he descubierto que hay que ser muy hombre para ser buen padre, y él ha roto todos los moldes.
Feliz día papá, sin vos sería todo muy aburrido. Sin vos no sería mamá.

1 comentario:

  1. Uy, se me había pasado esta entrada tan bonita!!! No puedo irme sin comentar. Me derrito imaginando las situaciones que has descrito tan bien.

    Papá Berlín también es un padrazo y, aunque Garbancito es aún muy bebé, tiene claro que papi es su preferido. A nadie mira con tanta alegría en los ojos como a él, con nadie se ríe tanto.

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