2:20 a.m

Son las 2:20 a.m. Papaencamino ronca de lo lindo, es la única noche que duerme en casa. No ha necesitado el tilo que compró, está cansado. Mamaencamino también pero no puede dormir.
Estas dos semanas las he llevado peor que todas las demás juntas. Hace como mil grados de calor o al menos eso siento mientras sudo como una vaca (las vacas sudan? debería de saberlo cuando lo preguntes, a lo mejor te diré que sí) y me ha dado un ataque de comezón en la barriga. Intento dormir y algo no me lo permite: es como un estado, un miedo, un suspenso. 
Intenté probar ayer otro método: no encender nada... y llegué a oscuras hasta las 4:30 a.m.
Quiero descansar, de verdad hija mía que me duele el cuerpo de no dormir y comprendo que no estés más cómoda que yo, pero no se que puedo hacer.
Intento imaginarte y la ansiedad me trastorna. Necesito descansar y no puedo, me salen diálogos como este mientras tus pies atorados en mis costillas me ahogan y me convierto en una estatua adosada al sofá.
Dice el médico (que no es Guapísimo) que puedo esperar dos semanas más. A ver si por favor, me llevas contigo a dormir, que tu madre se ha convertido en un ser incoherente, cansado y sin rumbo.
Ahora entiendo por que le llaman la espera que desespera...