Con esa frase despertamos el domingo muy de madrugada. Ya el sábado estuvimos con sus primeras toses, mocos, lo normal.
Pero el domingo en la madrugada sentimos por primera vez el horror de tener una bebé enferma en casa.
Llevo dos noches sin dormir entre vómitos, fiebre y miedo. Miedo de que la temperatura se dispare, de no saber que hacer, de sentirme tan inexperta y tan sobrecogida por el dolor de mi hija que sólo puedo asustarme y actuar casi por inercia, por instinto.
Y además, es que tener una nenita enferma, que no duerme, ya es cosa seria. Paso toda la noche dando teta, intentando acostarla, sosteniéndola porque da vueltas por toda la cama y después tengo que correr porque se vomita de tanta vuelta. Trabajo en neutro porque además yo también tengo gripe y papá en camino está mal y muy mal de la gripe.
Hoy quería plasmar que no todos los días son fáciles, pero el sueño me está ganando, voy a descansar antes de la enésima embestida de está nenita gritona, llorosa y enferma.
Mamá en camino, aprendiendo del arte de la maternidad a través de la única fuente creíble... la experiencia
lunes, 21 de enero de 2013
Nenita está mal de la gripe
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