jueves, 31 de enero de 2013

Las mujeres lindas y correctas

Las mujeres lindas y correctas despiertan temprano por la mañana, se bañan y perfuman para recibir con desayuno y periódicos al marido. Esas mujeres lindas y correctas tienen bañados a sus hijos a las horas más insospechadas del día para que estén frescos, desayunen sanamente y puedan tomar el sol y jugar sin ensuciar sus ropas blancas perfectamente planchadas.
Las mujeres lindas y correctas siempre hacen las labores de la casa antes del almuerzo, incluyendo poner la lavadora, lavar a mano los cuellos y puños, blanquear las prendas íntimas de la familia y esparcir olor a lavanda en el baño y la sala.
Las mujeres lindas y correctas ponen la mesa para el almuerzo, cocinan sin hacer ruido ni ensuciarse y se sientan a la mesa con sus retoños tan limpios  como en la mañana. Después de comer las mujeres lindas y correctas asean la cocina, preparan el café y tienen tiempo de salir al parque en tacones y falda corte A que les llega a la altura correcta para no enseñar nada. Son capaces de tomar un té con las amigas, enseñar al bebé a gatear y aún así no pierden la compostura, el peinado ni la gracia.
Por la noche las mujeres lindas y correctas cenan en familia en un comedor sin juguetes regados por el suelo, con un marido satisfecho de tener una casa perfecta en la que él no tiene obligaciones. Los hijos de estas  mujeres lindas y correctas duermen temprano y de corrido hasta otro día mientras la madre y el padre comparten de un momento de intimidad vestidos de seda y encaje.

Querida hija, solo te recuerdo que estas personas no somos nosotros, y creo que solo las he visto en revistas de los años cincuenta. Porque las mujeres lindas y correctas definitivamente no son ni serán jamás tu madre,la que duerme contigo más de lo que le gusta a la abuelaencamino, la que te baña siempre tarde por ver televisión en la cama, la que aprendió a comer contigo al mismo tiempo y se zampa su plato en carrera para juntar de nuevo tu cuchara, que es la quinta vez que la tiras solo para verme agachar y mira que me congestiono. No, esta mujer que te ha traído al mundo no es perfecta, no vive de estándares y está un poco resentida por el cansancio, por eso no lleva maquillaje cuando llega papá, no usa tacones para poder seguirte y si a veces tiene el piso sucio no es por falta de luces, es que tiene otros intereses. 
Esta madre que te escribe no tiene una casa perfecta pero sí un hogar para que vivas, para que experimentes. Y si te ensucias, te limpio, y si la casa está patas arriba poco a poco le daremos forma, y si la ropa se apila la lavamos y si no hay tiempo para el té pues que da mientras yo no me pierda y no te quiera convertir en una niña de mentiras, en una chiquilla de papel. 

1 comentario:

  1. Qué buen post! Muchas veces lo que vemos de la vida de los demás es sólo la parte bonita, y pensamos que su vida es mejor que la nuestra, que se organizan mejor, que siempre lo tienen todo perfecto, que les da tiempo a hacer un montón de cosas y encima con una sonrisa, etc. Pero la realidad suele ser otra, van igual de estresados que nosotros, la ropa por planchar se les amontona igual que a nosotros, pasan malas noches porque los nenes no duermen o se han puesto malitos igual que los nuestros (bueno, yo aún no tengo, pero me lo imagino, jejeje)... De estas familias o mujeres perfectas podemos tomar inspiración para cambiar algún detalle de nuestra rutina, si realmente nos apetece (quién sabe, a lo mejor nos sienta bien arreglarnos un día y salir al parque), pero ni mucho menos significará que ellas lo esté haciendo mejor.

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