24 de enero

Hoy es un día bipolar. Sí, hace dos años perdí a mi primera bebé, mi Ainoha, y desde ayer he sentido ese nudo inevitable que se me pone en la garganta cuando la recuerdo sin haberla llegado a conocer nunca. Es cierto que con el tiempo el dolor se atenúa, ser vuelve llevadero y la vida sigue, pero no se va, perder un hijo siempre es doloroso aunque se lleven años, días o semanas con él o ella.
Pero hoy es un día nuevo, un día antes del octavo mes de mi princesa nenita y, eso me hace pensar que sin él dolor de haber perdido a Ainoha no tendría a mi nenita, mi vida sería otra, muy distinta, con otros retos y otros sueños.
Cuando estudiaba historia hablábamos de la historia contrafactual, la que no existe, la de que hubiera pasado...y algunas veces he pensado, y sí él Dr hubiera hecho algo? Pude yo haber influido en mi aborto? Que hice, que dejé de hacer?. Que hubiera pasado si Ainoha no se hubiera ido?
Pero ya con él tiempo he entendido que ella nunca iba a quedarse, que no era nuestro momento ni podíamos hacer nada.  Y sé que siempre voy a amarla, pero ya no con tanto dolor, porque he aceptado su partida.
Y aprendí que ningún hijo reemplaza a otro, y que cada uno es único, sin continuación ni comparaciones. Tengo dos princesas, cada una ha dado un significado diferente a mi maternidad y mientras hoy recuerdo a una, tengo a otra para celebrar su vida.
Así que puedo recordar a mi primer ángel  mientras arrullo a mi nenita, a cada una con amor.