lunes, 12 de marzo de 2012

La línea de la vida

Ahí está. No es la primera vez que las veo, desde antes las conocía. Y tampoco es la primera vez que me sorprende... solo que ahora son diferentes, ella es especial.
Antes de ella existieron otras, en diferentes lugares...las ocultaba, las negaba y hasta intentaba eliminarlas. 
Pero después aparecieron sus compañeras; dolorosamente llegaron pero no las podía ver, hasta que un día... ahí estaba ella.
Sí, a la derecha, muy abajo, casi sin poderla ver. Su color rosado no me sorprende, pero verla me da gracia. He tenido estrías antes, pero nunca he sentido simpatía por ellas, hasta hoy que encontré mi única estría de barriga.
Y sí, he luchado para no verlas pero acá viene ella a recordarme que el sacrificio vale la pena... mi cuerpo ya no es mi cuerpo solamente, ha cambiado y estos cambios son hermosos, aunque antes me parecieran feos: tengo estrías! Sí, como las rayas de una tigresa tengo marcas que llevan impreso el camino recorrido por esta nueva vida. Y tengo más celulitis, y una barriga cada día más grande, y más vello corporal en la barriga, el ombligo va de salida, los senos se ven raros, mi panza parece dividida a la mitad...pero sobre todo, me ha crecido el corazón.
Mi cuerpo no regresará a ser el de antes (ojalá eso mejore y me quede más guapa que antes) pero mi corazón se alegra por como he cambiado, me siento cada día más sexy, más mujer...me siento madre!!



1 comentario:

  1. Ole! Muy bonito.
    Las estrías son los primeros dibujitos que nos hacen nuestros bebés, los dejan ahí para siempre, cuando sean mayores los pegaremos en la nevera, de momento, nuestro cuerpo es su lienzo.

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