En mi país el 15 de agosto es el día de la madre. Oficialmente es mi segundo día de la madre, aunque yo me convertí en mamá desde el 5 de enero del 2011, cuando me dí cuenta de que al fin albergaba vida en mí.
Mi felicidad duró 18 días, todos muy bien vividos, gozados y disfrutados. En esos 18 días yo fui la mejor mamá para Ainoha, le escogí un nombre, compré para ella un gorro y zapatitos, ropa interior y le dí un nombre.
Cuando mi hija se fue seguí siendo su madre, la lloré, la sufrí y tuve que vivir un luto enorme, porque una madre nunca deja de querer. Y llegó el día de la madre y yo no tenía a mi hija y la sociedad no me consideraba mamá porque no tenía un hijo a pesar de llevar a mi pequeña en el corazón.
Y pensé que el día de la madre es un día duro para todas las que hemos perdido a nuestros ángeles, no importa sí tenían apenas unas semanas con nosotros o si los pudimos conocer. Para la gente es más sencillo invisibilizar nuestro dolor o minimizarlo con frases cliché que prefiero no recordar.
Hace un año Nenita se convirtió en la luz de mi vida, mi bebé arcoiris, mi fuerza. Con ella vivo a diario el milagro de ser mamá y me desborda el corazón. A ella la escuché decir mama, a ella la consuelo cuando llora pidiéndome amor, la alimento y beso, le digo que la amo y la abrazo sin reparos ni restricciones. Nenita me enseñó que podía amar sin medida, sin restricciones y sin miedo.
Hoy estaré feliz de celebrar con ella, la besaré y le pediré sus besos que saben a estrellas, pero siempre recordaré que yo fui madre aún antes de acunarla en mis brazos.
Mamá en camino, aprendiendo del arte de la maternidad a través de la única fuente creíble... la experiencia
miércoles, 14 de agosto de 2013
Día de las madres
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Muchas felicidades preciosa, todo lo mejor en este día tan especial :)
ResponderEliminarToda la razón. Las madres nunca dejáis de ser madres. Un beso grandote y feliz día!!!
ResponderEliminar