Una que es muy cursi no quiere olvidar ni un momento de ésta aventura llamada maternidad, por eso escribo este post, para recordarle a nenita cómo era nuestro día a día.
Los días inician siempre igual, a las 6 am pide teta sin ninguna clase de amabilidad,.incluso sin abrir los ojos es capaz de gatear y rebuscar entre mi ropa hasta que alcanza la teta. Después de quince minutos cae rendida al otro lado de la cama y duerme hasta tarde.
Cuando despierta, hay dos señales: sí llora no amaneció de buenas, sí se despierta feliz el día será muy fácil. Después e los besos y señas para ir a la calle hace de las suyas en el pañal y pide desayuno.
Siempre desayunamos igual: fruta, un lácteo y una harina con jugo de aloe o frutas. Dejo entrar al gato, desayuno y vemos una caricatura. Nenita cree que cuando termina de comer es correcto tirar el plato (solo falta que grite opa) así que esa es la señal de que se acabó el desayuno.
Vamos juntas a escoger su ropa del día y tomamos un largo y divertido baño, con todo su ritual: la desnudo en la cama y sale en carrera a poner su humanidad en las almohadas muerta de la risa, vamos por el pasillo y se ve al espejo, enciende la luz y se ve en el espejo, se da besos a sí misma y al agua. El baño es nuestro rato de cantar y jugar con agua, repasamos las habilidades aprendidas y nos reímos mucho.
Salimos agotadas del baño y apenas me da tiempo a vestir a nenita cuando exige su teta. La peino y se acuesta a dormir su siesta, esta semana sólo ha durado diez minutos y se despierta fresca hasta el almuerzo.
La hora de cocinar siempre es un caos, nenita quiere brazos, yo intento hacer comida, el gato (ni siquiera es mío) me da cabeceos en las piernas y no me deja caminar...termino encendiendo el tv, sacando el gato y esperando que nenita no se fugue.
Almorzamos juntas, levanto lo que quedó en la mesa y el suelo, y la silla y el sofa y volvemos a descansar, hasta que se vuelve a dormir.
Se despierta justo pista ver llegar a la tita y nos vamos al parque, yo salgo hacía el trabajo y ellas se quedan jugando y merendando casi hasta el anochecer.
En la casa juegan un rato más y llega papá en camino, cenan y toman un súper baño relajante, le dan masajes y siguen jugando al filo de las diez, que es cuando me recogen del trabajo y dejamos a la abuela en casa. Se sube al carro y se duerme, pero al llegar a casa despabila y pide teta, repartimos muchos mimos, abrazos y besos y cae dormida en nuestra cama, ya mañana será otro día.
Mamá en camino, aprendiendo del arte de la maternidad a través de la única fuente creíble... la experiencia
martes, 30 de abril de 2013
Un día en la vida de nenita
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