Estaba ahí, con su gabacha de preescolar haciendo fila desde hacía una hora. Su mamá estaba más interesada en la cháchara ajena mientras su papá cargaba al hermano pequeño. A él le encargaron cuidar el coche de su hermano.
Cómo era un niño pequeño el coche era grande para el, tenía que andar en puntas para poder llegar al manubrio.
Pasaron frente a nosotros y el niño se distrajo un segundo, golpeó con el coche sombrilla a su madre. Ella lo golpeó tres veces mientras el lloraba: perdóneme mamá, no la vi. ella le gritó y lo volvió a golpear con la mano mientras le decía, sí me vio y no lo perdono.
Mientras el niño lloraba todos nos sentimos mal, sus lágrimas eran de pena, su madre le decía que no lo iba a perdonar.
¿Era necesario tanto dolor por un simple golpe con un coche sombrilla? ¿Eran necesario hacer sentir al niño culpable?
Mamá en camino, aprendiendo del arte de la maternidad a través de la única fuente creíble... la experiencia
viernes, 1 de marzo de 2013
Lágrimas de niño
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Es horrible, las madres que descargan la frustración del día con los hijos. Yo me descubro a veces levantåndole la voz a mi chiquitín y de inmediato me arrepiento y le pido perdón.
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