He estado de los dos lados de la guerra, he pasado tiempo como madre que está en casa y, también tiempo cómo madre trabajadora, por eso las admiro y respeto.
Siento un respeto profundo porque se lo difícil que es ser madre que se queda en la casa, sea por voluntad o por otras circunstancias. Mucha gente cree que las madres caseras son vagabundas, pues no señores, son unas heroínas! Mantener la casa, cuidar hijos 24/7 sin feriados, vacaciones, descansos ni tiempo propio es de verdaderas valientes. Y posiblemente se les reclame que no aportan al hogar, pero claro que lo hacen: son cocineras, lavanderas, choferes, enfermeras, niñeras, doctoras... Cuidan y crían a la familia a veces sacrificando su propio tiempo, y si usan ropa desaliñada o jo están maquilladas no es porque se dejaron, es porque tienen otras prioridades, o han tenido un día difícil.
Y no es justo que se les quiera juzgar por su condición, no son esclavas domésticas ni mujeres tontas, muchas decidieron dejar sus carreras, sus salarios y demás para darles a sus hijos todo su ser, otras llegaron a estar en casa por otras condiciones, y aunque sea duro, hacen lo mejor que pueden. Puede ser que estas madres tengan tiempo para hacer pan, manualidades y llevar al nene temprano al parque, pero sacrifican su tiempo limpiando, lavando, haciendo pequeños aportes a su hogar y sí, también al llegar la noche están agotadas y sus cuerpos resentidos.
Y están éstas otras amazonas, las mamás que salen de sus casas a trabajar, que dejan a sus familias por un rato para realizarse, llevar sustento a sus casas y las más fuertes, para mantener sobre su espalda lo que se hizo entre dos. Y no es sencilla su doble vida, mujer de casa y mujer que trabaja. Tiene estrés de dos mundos, tiene que partir su día y dar su 100% en ambos campos, incluso sí no ha dormido suficiente porque el bebé está en plena dentición y la nena grande lloraba porque la abandonó el novio.
Estas mamis siempre andan rápido, intentando rendir cada minuto con sus pequeños para acallar esa voz interna que grita para ir a verlos y abrazarlos, que le mete culpas por no ver a sus hijos crecer y que a veces le reclama porque necesita ella descansar.
He estado en ambos bandos, pero sigo sintiéndome en el limbo.
Mamá en camino, aprendiendo del arte de la maternidad a través de la única fuente creíble... la experiencia
viernes, 22 de febrero de 2013
Madres, las admiro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario