Reza el dicho que no hay mona que vea feo a su monillo y me imagino que su razón tendrá. A fin de cuentas, todas las madres estamos enamoradas perdidas de nuestros retoños y no les encontramos nada feo. Los vemos con ojos de amor.
Pero hay una belleza que está asustándome, una belleza que no me gusta y aún así algunas veces y en una u otra forma, todos hemos creado y hemos sido participes. La belleza social.
Hace unos días iba en mis viajes de bus (de nuevo al trabajo) y escuchaba dos chicas hablar de dietas; una era una chica saludable de peso con una cara bien joven y fresca y la otra una niña flaca, flaca como palito y con cabello castaño. La dieta de la que hablaban consistía en comer sólo 500calorías diarias, lo mismo que un refugiado del campo de concentración. La chica flaca quería empezar esa dieta para entrar en un pantalón, mientras la otra le decía que eran 40 días con ese régimen, sólo los primeros 21 días era normal sentir mareo, dolor de cabeza, náuseas y frío, mientras las oía pensaba que estaban matándose sólo para ser más flacas. Y pensé en el bombardeo al que nos someten, ser gorda es malo, pero gorda es ahora cualquiera, y esto se está saliendo de las manos cuando llega a nuestros bebés.
Y digo que llega porque he visto en los foros y grupos de madres la obsesión de llevar a sus bebés al casting con una empresa de modelos. Para eso el bebé debe ser de revista...y nuestros hermosos y lindos bebés pasan a ser tratados de manera despectiva. El canon dicta bebés con ojos en un tono x, que sean «proporcionados» y con cabello de un tono especial.
Y los bebés que son rechazados pasan a llamarse bebés feos, y se de mamás que dicen vamos a cortarle el cabello así, le damos más cereal para que engorde, hay que ponerlo a dieta (a un bebé de diez meses!!). Los chiquitines que no cumplen el estándar son etiquetados, pero los que sí cumplen llevan una marca, un estigma: ser un bebé gerber (en honor a la marca de colados que se supone, tenía al chiquito más hermoso en su etiqueta).
Al ser bebé gerber hay que tener siempre al nene o nena limpios, no los vayan a ver en ropa vieja, o manchados de zanahoria excepto que así se requiera para una foto, el peso de la criatura se convierte en una obsesión y hay gente que lleva esto más allá, transformando su vida en torno a la posibilidad de tener un bebé modelo.
Y una las reconoce porque hablan de books de fotos, sus peques no se ensucian, pasan horas coordinando citas con nutriologos, asesores de imagen y casas de modelos esperando que sus criaturas se vuelvan famosos.
Y cuando los nenes empiezan a crecer viene la presión de las «otras» personas: métela a un concurso de miss pequeña, que hace el show de talentos, que salga en el reinado de la escuela, ya le regalan un juego de maquillaje, un juego de tacones altos a las nenas...y los varones no se salvan, con el metrosexual de moda los niños deben seguir normas similares a los adultos: cabello largo para verse chic, trajes hipster y el colmo, niños de tres años que usan gafas de pasta falsos para estar a la moda.
¿Por que ser considerado bello socialmente es tan importante? ¿Está listo el mundo para tanta modelo y tanto actor de cine?
Yo prefiero una niña llena de tierra, con los dedos llenos de dulce y un peso saludable abres que una de esas princesas de concurso de belleza fingidas cuya única realidad es que no recuperarán jamás su infancia, pero que tienen mucho tiempo por delante para ser adultas
Y al único lente que mi hija seguirá impresionando será al de mi cámara mientras guardo sus mejores momentos para recordarla así: con barriga de bebé, con sus dos dientes, sus orejas de duendecillo, sucia de comer y gatear y descubriendo el mundo.
Y le enseñaré a ser bella por dentro.
Mamá en camino, aprendiendo del arte de la maternidad a través de la única fuente creíble... la experiencia
domingo, 10 de febrero de 2013
Belleza social?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario