Mamá peatón

Soy una madre peatón. Y no se cómo ser dice el femenino de peatón, pero sí que he generado experiencia en este rubro.
Lo primero que una madre peatón debe aprender es que necesita siempre al menos una mano libre. Mil por mil recomendado en estos casos un porta bebé, yo ni sueño en salir sin mi bandolera. Y de preferencia, la mano libre no se cargará con un bolso gigante lleno de trastos que una en realidad no necesita.
Cómo ando en bus he decidido tener una dotación de zapatos cómodos: sandalias en verano y botas de montaña en la lluvia. Nada ayuda más qué un buen par de zapatos. Y, que estén en buen estado: hace tres días hice como 2 km con las plantillas deformadas, dos kilómetros de tortura! Tuve ampollas y dolor todo el camino.
Además, una siempre debería llevar a mano el teléfono, dinero y las llaves. Primero porque son básicos para sobrellevar un viaje, y porque cuando una llega a casa necesita abrir la puerta, pagar el transporte, etc. Ah! Y es ley, cuando suena el móvil, se pierde al fondo del bolso, y si la llamada es vital, nunca se logra encontrar al muy muy desgraciado en ninguna parte.
No he estado exenta de anécdotas, problemas y situaciones desagradables, desde el señor qué me hizo llorar en el tren cuando estaba embarazada hasta las dificultades de ir al baño, pero en líneas generales gozo mucho de poder movilizarme con nenita a todo lado sin depender de nadie.
Cómo peatones (se dirá peatonas?)  cada vez aprendemos algo: ubicación estrategia de sitios con mesa de cambiador, restaurantes con mesa de comer para niño, lugares con un menú saludable para comer las dos, zonas de juego para descansar...y hasta dónde hay una iglesia abierta para qué la nena haga su siesta (existe acaso un lugar más silencioso?)
Este camino de maternidad cada día está más bonito, sobre todo si lo recorro con tan buena compañía!.