sábado, 28 de julio de 2012

La música y la nenita

Por formación académica siempre he sido muy asidua a las actividades de estimulación temprana, a la lectura sobre neurociencia y desarrollo cognitivo, sobre todo, me apasionó al extremo el trabajo de Lev Vigotsky que se resume en que el ser humano aprende en su entorno al convivir en sociedad, internalizar lo que ve-siente- percibe y que gracias a eso supera sus capacidades cognitivas. (Un rollo gigante que desarrollé en mi tesis de grado).
Claro, ya me vieron ustedes embarazada: música para la barriga, libros de toda clase, canciones infantiles, rondas... No más nacer la nenita estaba esta mamá con su smartphone lleno de aplicaciones: ruido blanco, sonido de la naturaleza para relajarla, música clásica. 
PEEEEROOOO... ya en el vientre yo notaba algo, si ponía música instrumental, incluso los divinos arreglos de babies Go  la Nenita caía en un estado de sopor inmediato del que tenía que sacarla moviendo gentilmente (¿dije gentil, la movía toda, no vaya a ser que me asustara por no sentirla) y si se trataba de los clásicos... hasta yo caía rendida de sueño. Y cuando se trataba de música escandalosa, de Bunbury a todo pulmón, de la cimarrona... daba sus pataditas felices, como si fuera la obra más sublime y con una gracia que era curiosa. 
Y al nacer, paso lo que jamás imaginé: A mi nena le gusta la música extraña, sobre todo, le gusta un grupo super viejo llamado los náufragos, sí, los de Zapatos rotos. Un día casualmente la canté mientras lavaba ropa y el efecto fue increíble: sonrisas, pataditas, atención a la canción...y la nena feliz. 
Después llegó a nuestra vida como un dejá vú "yo en mi casa y ella en el bar".  Siempre me la dedicaban en la Universidad por molestar,pero de ahí a que le gustara a mi nena, era inimaginable.
Y pues sí, así me encontrarán cantando las canciones de los náufragos en los lugares más inimaginables: la ducha para poder entretener a la nena mientras no me ve, con los abuelosencamino mientras la bañamos por la noche, en el carro, en el super y hasta en medio de una charla a la que me llevaron hace unos días.
En fin, que voy hacer si ella es así, con una hippie yo me metí, nunca viví nada igual...

4 comentarios:

  1. La música y los gustos con los bebés. A Ignacio le mataba un músico hondureño que se llama Guillermo Anderson. Y también María Callas.
    A Analís le mata la música dd María Elena Walsh y la vuelve loca Café con Leche con los Pollitos.
    Tene cuidado por que te puede pasar que escuches la misma canción por dos o tres horas desde
    San Ramón a Guanacaste. Fue horrible

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  2. La música y los gustos con los bebés. A Ignacio le mataba un músico hondureño que se llama Guillermo Anderson. Y también María Callas.
    A Analís le mata la música dd María Elena Walsh y la vuelve loca Café con Leche con los Pollitos.
    Tene cuidado por que te puede pasar que escuches la misma canción por dos o tres horas desde
    San Ramón a Guanacaste. Fue horrible

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  3. Jaja, Maria callas, que gusto más refinado. Pues ya los zapatos rotos comienzan a ser mi salvación, me dejan bañarme, dormirla, darle medicina y harta vacunarla. Espero no tener que oírla desde heredia hasta coronado...

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  4. Ya ves, los niños son pequeñas cajas de sorpresa dispuestos a abrirse al mundo y mostrar sus tesoros. Supongo que ya conocerás los estudios de Baby Human sobre la música pre y post natal. Me parece apasionante.
    Vista la respuesta, ya sabes por donde puedes ir estimulando a tu pequeña.

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