domingo, 5 de enero de 2014

Barbies, princesas y extremos

De una vez digo: yo soy de las mamás que le dicen a su hija princesa, que ven pelis de Disney y juegan a las princesas.

Con el final de la navidad empiezan las consultas y quejas sobre los juguetes. Este año puse especial atención a las barbies y princesas, debate que surgió en facebook y que tomó tintes de cacería de brujas. No es un tema nuevo, pero ya estoy embutida en este proceso "princesa o feminista".
Y es que al leer a muchos, la opinión es tajante: jamás hay que dar a una hija una muñeca, barbie o hablarle de princesas, so riesgo de criar una mujer superficial, sin criterio y hasta caer en el riego de que la niña sea una ama de casa.
Leía a mamás que recomendaban botar a la basura cualquier barbie, muñeca, princesa, ropa rosa (de verdad un color puede definir la sexualidad humana???)  Otras que no permitían más que juguetes educativos en casa y sus hijos nunca veían televisión para no perder tiempo que podrían usar en la escuela en casa (¿He dicho que eso me parece una  cosa horrorosa?) . Y a mí cada vez la mandíbula se me quedaba más larga y los ojos como platos leyendo sobre lo terrible que yo y mi madre hemos hecho: dejar a nuestras hijas creer en princesas (sarcasmo on).
Y ni hablar de las barbies, seguramente de verlas una se vuelve anoréxica, cree que debe ser consumista y tonta. Pues no! Eso sucede porque no se nos ha enseñado algo y es a usar los juguetes para educar en valores. Mis barbies eran decentes mujeres trabajadoras, iban a casa de sus amigas, decían por favor y gracias y dejaban su casa arreglada siempre. ¿Hay algo de malo en eso? Porque yo no lo veo! Y ahí estaban mis papás hablando sobre por qué la barbie era siempre rubia (hábil, las hacen en USA y pues allá son rubios), y por qué nadie podía ser tan flaca como ellas y tener semejantes bubs, y crecí sin medio a no parecerme a la barbie aunque sí muy acomplejada por los comentarios de mis tías y vecindad sobre mis grandes bubs, o como me haría gorda. Sí , tengo problemas de imagen corporal pero me los dieron las personas, las muñecas, esa pieza de plástico duro con cabello sintético nunca me dijo nada sí me zampaba unas galletas.
Y sí, dejaré a mi hija jugar con esas escuálidas muñecas con ojos fijos y sonrisa gigante, y le enseñaré el valor de ser como las barbies, ellas son lo que quieren ser: azafatas, pilotos, doctores, enfermeras, madres... Y la acompañaré a jugar con ellas igual que mi papá, que me enseñaba a hacer una huelga con mis muñecas, o como mami que jugábamos a organizar la ropa, cuidar el bebé y leer libros. Sí, mis papás me enseñaron mucho jugando y no creo haber salido tan mal.
Del color rosa solo diré que es mi favorito, que mi hija tiene mucha ropa, pero que el rosa es su color base, y aunque a muchos no les guste, es mi color favorito junto al negro, el verde y el amarillo encendidos.
Y como dicen estos anuncios nuevos de Disney: soy una princesa! Valiente, única y extrovertida. Quiero que mi hija sepa que ante mis ojos siempre tendrá un pequeño castillo, un reino llamado mi corazón, y que  esta bien tener fantasías, soñar, amar y ser delicada sí eso la hace feliz, pero que también está bien ser valiente, osada, compartir con otros y luchar con el corazón. Y sí, sí es feliz vestida con tiara y purpurina o con jeans y tierra siempre le recordaré que en mi vida es una fuerte luchadora que tiene la sabiduría de mujeres cómo Elizabeth, Victoria o Cleopatra...y estas antes de ser iconos mundiales adivinen que? Fueron princesas

1 comentario:

  1. Yo jugué mucho con Barbies y no me considero una persona hueca. Como dices, los valores no te los dan los juguetes con los que juegas sino la gente de tu entorno. Además, hay princesas Disney como Mulan o Brave que de ñoñas tienen más bien poco... Besotes!!!

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