Un día estabas así, pequeña, tan mía que no sabíamos donde iniciaba una y terminaba la otra. Ya te había visto jugar y sonreír a otros niños en el parque, pero en tres días te volviste otra, una niña grande que con la mano me dice adiós para irse a jugar con otros amiguitos más grandes.
Y yo? Yo me quedo embobada sin saber que hacer, me debato entre dejarte ir o seguirte y me detengo. Ahí vas, con tu traje típico jugando detrás de unas niñas que te llaman y vos sonríes feliz, plena y con un brillo en tus ojos que hasta hoy conozco.
Dicen que los niños crecen en verano, pero en este invierno, y en tres días de fiesta yo he visto a mi bebé dejarme para ir a jugar, seguir las palomas y a los niños. Y mientras decís adiós con las manos gordas llenas de tierra y los ojos radiantes yo siento que estas segura.
Mamá en camino, aprendiendo del arte de la maternidad a través de la única fuente creíble... la experiencia
jueves, 19 de septiembre de 2013
Crecer en tres días
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Qué entrada tan bonita y tan emotiva... Parece mentira cómo pasa el tiempo. Un besote!!!
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