a la Nenita mientras duerme

Estoy sentada en el cuarto de la Nena... y no he podido salir de él, me siento embelesada, atrapada... es como si fuera un lugar diferente, un sitio al que se entra de puntillas... un lugar que antes era casi prohibido y ahora es como un santuario. 
Mientras escribo la Nenita duerme, solo estira un piecito para indicarme que sigue mi ritmo pero que nada la altera. Dentro de unas pocas semanas estaremos igual, ella durmiendo y yo sentada frente a la cuna, pero esta vez todo será cierto: podré ver las manitas y los pies que me han dado guerra estas semanas a la hora de dormir, podré cantarle sin parecer loca viendo al vacío, vamos a estar juntas y separadas después de este viaje de semanas largas, de espera...
Mientras veo su ropa pienso en el camino que estamos iniciando... el que empezó con tantas lágrimas y hoy me inunda el pecho de alegría, las cosas que aún no se pero que ya no temo, el creciente sentimiento que me ahoga de solo pensar en ella...
Duerme Nenita, pronto vas a tener afuera un mundo diferente, acá mamá te espera. No te podré prometer un castillo ni cuna de oro, pero sí una manta caliente, un abrazo a tiempo y un beso que se me desborda de solo pensarte. 
Duerme, nada te va a faltar mientras yo viva, nada tiene que espantarte, nada será imposible...
Duerme, que mami espera y vela por tu sueño